Por favor, ¿la salida?
En monoD estamos de vuelta de un veranito raro y con muchas incertidumbres, proyectos en el aire, cuestas de septiembre y todo ese mogollón… que os vamos a contar… Pero en medio de ese abismo post-veraniego aparece un librito como un rayo de luz en diciembre; «Sociofobia. El cambio político en la era de la utopía digital» y los monoD’s nos hemos puesto… contentos, y al grito de «hallelujah!» uno de nosotros ya se ha gastado la pasta y lo está devorando… nos encanta ver que por fin alguien más pone en entredicho el tecno-fetichismo y plantea que el aumento de la posibilidad de contactos digitales no es directamente proporcional a la posibilidad de emancipación, sino tal vez al contrario, pues nos hace perder la capacidad de encuentro y conflicto con la que se ha provocado el cambio social históricamente.
Ya saben que por aquí nos gusta analizar críticamente los ámbitos en los que trabajamos, somos sociólogos, que quieren! y uno de ellos es la llamada participación virtual-online o voladora (lo que vean) otro puede ser las smart cities vinculado a ello, aquí en sociofobia César Rendueles, ensaya (en alguna parte de su libro) en base a su propuesta, que las tecnologías de la comunicación nos compartimenta en identidades bien definidas haciendo más fácil una participación exclusiva y en cualquier caso posiblemente excluyente. Es interesante que la propuesta actual de herramientas virtuales de participación social(los hits del 2.0) estén planteadas en base a una tecnología que potencia la personalidad (yo soy tal cosa por tanto yo formo parte de tal red), sin resolver por tanto el problema de la fragilización del vínculo social que se desató en la modernidad, y lo más interesante en cuanto a ello es que al destinar la participación social a un individualismo virtual (twitter, facebook…) y convertirlo ya en un ritual cotidiano hace que nuestras expectativas en cuanto a la acción colectiva se vean rebajadas esperando de todo a que alguién haga una página de facebook y darle al me gusta.
Hay mucho aquí de lo que hablar y debatir como podría ser la territorialización de estas tecnologías o la concentración de determinados grupos sociales en determinadas redes…etc. En cualquier caso, gritamos al cielo que ya era hora que la sociología en este país empezará a tratar este tema…donde estamos?
Nos quedamos con la reflexión que plantea el libro, ¿es posible plantear una rotura con el sistema con herramientas que nos proporciona el sistema?